La cosa arrancó anticipada con la visita de Jeeperos de otras tierras. Como quien se fuga de la clase de matemáticas para preparar el Acto del 25, Luis (Pergamino), Pablo y Gastón (Victoria, Entre Ríos) llegaron un par de días antes para conocer la ciudad y dejar huella en la arena de Monte Hermoso.
También aprovechamos para terminar los arreglos en los Jeeps: el golpe en la “colita” de El Castigador, la reductora de Mariano, el tren delantero de Fabián, todos los fierros destripados y vueltos (milagrosamente) a armar.
El Sábado 22 nos concentramos en la GNC de Cnel Dorrego, ya listos para seguir derechito por lo Ruta Nº 3.
Casi a partir de Tres Arroyos, una constante: la lluvia. Llovió, llovió y llovió absolutamente todo el fin de semana salvo (por supuesto) el día que regresamos, porque al fin y al cabo las Leyes de Murphy también se dan en la meteorología. El rango climático se manejaba entre “Llover Mucho” a “Llover Muchísimo”. Si en algún momento era “Llover Poco” seguro que fue de noche, mientras estábamos durmiendo.
El espíritu jeepero de los “Jeeperos de la Bahía” se sobrepuso
a las inclemencias climáticas del clima y le puso un
sol estival a un clima del orto.
a las inclemencias climáticas del clima y le puso un
sol estival a un clima del orto.
Llegamos a Tandil, acomodamos las cosas en la casa alquilada e inmediatamente nos dirigimos al Camping en donde se centraba el Encuentro. Allí nos estaban esperando “los adelantados” que habían llegado de todas partes. Después de los saludos, los abrazos y los “¿vos quién sos?” se armó la caravana que encaró para los puntos más turísticos de la ciudad.
Así, subimos “al Sancho Panza” (sic de Mariano) para apreciar una hermosa vista nocturna y para preguntarnos qué cornos hace un monumento al Quijote de la Mancha en Tandil (yo propongo uno del Celeste Mio Cid en Bahía, el que en buen hora ciñó espada).
También visitamos el Fuerte, en cuyo portal se apreció una réplica del Cabildo de Mayo en tamaño natural (notaron la calidá de la frase, no?... “en cuyo portal se apreció”… ¡¡FAAA…!!)
Larga caravana jeepera por el centro de Tandil,
al menos 7 cuadras de un Jeep tras otro
y una centena de puteadas.
al menos 7 cuadras de un Jeep tras otro
y una centena de puteadas.
El paseo por la ciudad estuvo signado por las alegres bocinas, la apretada fila de los Jeeps en caravana y el odio del resto de los tandilenses que daban la “Vuelta del Perro” en Renault 12 o similares.
Esa noche, ohhh… ¡¡esa noche!! nos rejuntamos en el Quincho del Camping a desgustar, atacar, manducar, engullir, absorber, zampar y dar cuenta de un impresionante locro preparado (como siempre) por Walter “Origen”, de “Ikas del Sur”. Transpirábamos como testigos falsos, pero les puedo asegurar que ESPECTACULAR es una palabra chiquita para describir semejante manjar criollo.
lo bueno que estaba ese locro...
Nos fuimos a dormir como pudimos al otro día (Domingo 23) amanecimos con ruido de lluvia en las chapas. Ahora llovía mucho más y mucho más tupido... ¿qué mejor?.el culo de "El Castigador" quedó bicolor.-
Previa consulta a Gussa de la organización (“venite para acá, aunque llueve como la puta madre”) encaramos para el campo, a 30 km de la ciudad.
Es el "Tandil Jeep 2010"
haciendo quilombo
Una vez allí, la aventura empezaba desde el ingreso mismo: era imposible entrar al potrero sin antes pasar por unos cientos de metros de un fangal espeso e indomable. Los Jeeps resbalaban de alambrado a alambrado, pero los gauchos del sur los supimos dominar... bueno, más o menos.
A partir de allí empezó la diversión.
Mariano y Fabián pa' variar sacando gente, Lucho dando envidia con su enorme “Moby Dick”, Rulo y la Chataman en simple pero igual mandándose como si nada, Jano como paseando por el centro de Burato y Gastón y Alejandro (de Choele) debutando exitosos en el barro.
Los demás mirábamos lo más panchos lo mucho que ellos se embarraban junto a todos los asistentes al “apacible día de campo”.
En el potrero se cruzaban las máquinas de los anfitriones (“Jeeperos de Tandil”) y además de los “Ikas del Sur”, “Rebeldes 4x4”, “Piratas 4x4”, “Rosario Jeep”, “Agrupación Necochense de 4x4”, “La Legión Estanciera”, “Jeepeando a Fondo” y algún otro grupo que no me acuerdo.
A media tarde, empapados y sucios, volvimos para Tandil por refugio y unos buenos mates, aunque previo a eso hubo un inconveniente en el Jeep de Juan (Río Colorado) que no se pudo solucionar y tuvo que volverse prematuramente.
Así quedamos. En la foto Mariela, indigente de Buratovich,
en la puerta de la casa a pedir para la nafta
en la puerta de la casa a pedir para la nafta
Esa noche fue el “asado oficial” con entrega de premios y sorteos que (a fuerza de ser sinceros), el grupo de “Jeeperos de la Bahía” afanó bastante (el que se ganó la zunga de leopardo, por favor que envíe la imagen!).
Gran cena de camaradería casi de despedida, abrazos y besos con los muchachos de las otras agrupaciones y promesas de nuevos encuentros.
¡Aguanten los trapos!
Al otro día la tropa amaneció tranquila y tranquilamente Rulo hizo unos bifecitos en el disco de Ale para almorzar en sanguchito.
Dedicamos el resto de la tarde en recorrer un poco la ciudad (subida a “La Movediza” incluída) y a la noche encaramos sin mucho decoro la parrilla “El Criollo”, una barbaridá de lo más recomendable.
Y el sol del 25 vino asomando: el Día de la Patria amaneció escampando, pero nosotros ya habíamos decidido volvernos temprano. Sin embargo tuvimos la oportunidad de ver un poco del desfile cívico – militar que se organizó en la ciudad, antes de encarar para los pagos de la Bahía.
“El Bicentenario en Jeep” de Tandil fue la primer salida de los “Jeeperos de la Bahía” a un encuentro de los grandes. La verdad que la experiencia estuvo muy buena y esperemos que no pasen otros doscientos años para que se repita.
Les dejo aquí el video que resume esta salida. ¡Que lo disfruten!.
Saludos y felicitaciones a los muchachos de Tandil por la organización de este evento y gracias a todos los concurrentes por la buena onda!!
oBe
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