Podría decirse que cada 14 de Febrero todos los amigos y conocidos de Mariano Banfi lo recordamos, pero sería mentira. La realidad es que nos acordamos de él todos los días y "el gordo" nos hace falta cada vez más, con esa necesidad que se tiene de la gente simplemente buena.
Sólo han pasado dos años de la última vez que compartimos una cena con él, apenas un día antes que una oscura persona lo matara. Todavía es difícil alejar la pena por la pérdida y quedarnos sólo con su alegría, pero lo seguimos intentando.
Los "Jeeperos de la Bahía", los que lo conocimos y quisimos, le mandamos un abrazo fuerte a toda su familia y le prometemos que -como sus amigos- siempre lo mantendremos vivo.
Los "Jeeperos de la Bahía", los que lo conocimos y quisimos, le mandamos un abrazo fuerte a toda su familia y le prometemos que -como sus amigos- siempre lo mantendremos vivo.
No se sabe cuando te estan sacando la foto
con la que mañana van a buscarte
Cabeza blanca y negra de la manifestación
pide justicia a viva voz por todas partes
Y ese día, cuando partia el flash del adiós
eternizando tu rostro insalvable,
Quién sabe en que pensabas, digan whisky dice Dios,
que ya comienza la función y acaba tarde.
Que tragedia, que mala suerte, que maldición,
Que diría este renglón si estuvieras?
Quien sabe si la cuenta regresiva empezo
al gatillarte en esa foto cualquiera...
(Zambayonny, "El whisky de Dios")
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RECORDATORIO DE LA INFORMACION: "El Crimen de la Distribuidora"
El
Lunes 14 de Febrero del 2011, a las 6:30 Hs., Mariano Banfi (37) el empleado de
la Distribuidora de revistas "Sardiña" apareció muerto en su lugar de
trabajo, en la calle Brandsen Nº 380 de la ciudad de Bahía Blanca. Si
bien al principio pareció una muerte natural, en el transcurso de la
mañana los forenses determinaron que había sido baleado con un calibre
.38, con entrada del lado izquierdo de la nariz y sin orificio de
salida. En la Distribuidora no había señales de lucha ni de robo.
Tampoco se encontró el arma homicida.
De
inmediato se señaló al propietario de la empresa -Ricardo Ramón
Fernández- como principal responsable del asesinato, debido a las
numerosas contradicciones en las que incurrió en sus declaraciones y en
el llamado al 911, cuando en apariencia "descubrió" el cadáver.
Posteriormente estas sospechas se robustecieron con el resultado del
Dermotest aplicado a sus manos (dió positivo a la presencia de pólvora) y
con elementos encontrados en el allanamiento a su domicilio, como por
ejemplo la funda vacía de un arma coincidente con el calibre mencionado.
Pese
a que se le había solicitado que permanezca a disposición de la
investigación, Ricardo Ramón Fernández desapareció pocas horas después
del suceso. Intervinieronn en la causa el Fiscal Christian Long y la Jueza Elsa
Baquedano, quienes libraron la orden de captura varios dìas despuès.
Sin
embargo, el sospechoso permaneciò pròfugo hasta que lo que sería su
cuerpo apareció en un descampado en Junio del 2011, supuestamente
fallecido por causas naturales. Varios "puntos oscuros" en la investigación tanto de la muierte de Mariano (la necesidad de un cómplice para la desaparición del arma, la puesta en libertad inmediata del sospechoso pese a las recomendaciones de la policía, los tardíos pedidos de allanamiento del domicilio de Fernández y de su captura, etc. etc) como las dudas sobre la aparición de los supuestos restos del asesino, dejaron en todos sus allegados con una fuerte sensación de injusticia.